El ritmo de vida que llevamos actualmente y las cargas extras de estrés nos han llevado a adquirir malos hábitos, los cuales imposibilitan o dificultan más el adquirir un estilo de vida saludable, teniendo como resultado cansancio extremo, problemas en el aparato digestivo y, aceptémoslo, una que otra lonjita extra.
Para tener el cuerpo que deseamos, ese saludable y en forma, no es necesario dejar de comer, sólo es necesario modificar los patrones simples de comportamiento que hemos adquirido con los años, cambios que aunque parezcan demasiado pequeños, harán una gran diferencia. Toma nota de cuáles pueden ser.
Reduce tu rutina de ejercicio
De acuerdo con la American College of Sport Medicine (ACSM) sólo se necesitan 150 minutos de actividad física a la semana para empezar a ver resultados en nuestro cuerpo. Si de todas formas quieres dedicarle más tiempo al entrenamiento, entonces secciona tu rutina en series de 10 minutos con un descanso entre cada una.
Bebe agua
Disminuye el consumo de bebidas azucaradas, en especial del refresco e incluso jugos de fruta natural. Lo más recomendable es tomar agua natural cada que tengas sed, recuerda que el cuerpo necesita -en promedio- dos litros de agua diarios.
Come más frutas y vegetales
Las ensaladas son una buena opción para combinar de forma rápida y práctica todas las sustancias que el cuerpo necesita.
Limita la cantidad de sal
Consumir sal en exceso puede traer graves consecuencias al cuerpo, especialmente al corazón. Además, provoca que retengas líquidos y te sientas hinchada.
Duerme bien
Dejar de dormir mínimo 8 horas al día puede repercutirte tanto a nivel físico como psicológico, situación que se ve reflejada en tu calidad de vida y cuerpo.
¿Estás preparada para cambiar tu cuerpo en 21 días?
Fuente: Salud 180