Uno de los momentos que tanto esperamos cuando llevamos tiempo con nuestra pareja es: ¡que nos de el anillo de compromiso! Pero, ¿qué hacer cuando el tan esperado día llega y ¡la argolla no nos gusta!? Antes de que entres en pánico y se te quite la cara de emoción, ¡lee esto!
1. ¡Tranqila!
Recuerda que ese anillo lo eligió para ti con todo su amor, no para hacerte enojar, ni que te sientas mal, ni mucho menos. Pero tampoco significa que debas quedártelo si no te gusta. Ya que hayas aceptado casarte con él, puedes buscar el momento adecuado para hacerle ver que la joya no te gusto y ver la posibilidad de cambiarlo.
2. Aprecia el diseño.
Analiza por qué no te gusta, a veces tenemos una idea pre hecha de lo que queremos y cuando no lo obtenemos tal cual parece ser lo peor que existe. Así que date unos días, admira su diseño y si de plano no te mueve nada, entonces coméntalo con tu pareja.
3. ¡Comunicación!
Es la clave de todo. Toma esta situación como ejemplo de todo lo que está por venir si aceptas casarte con él, pues van a existir mil y un cosas que no te agraden del todo y por las que tengan que dialogar para llegar a un acuerdo.
Recuerda que no hay nada mejor que ser claras, decir lo que nos molesta y lo que no para fortalecer la relación. Si no empezamos con estos detalles, ¿¡qué nos espera en la organización de la boda o ya viviendo juntos?!
¿Qué harías si te dan un anillo que no te gusta?